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domingo, 17 de octubre de 2010

De las 11:53




Tengo ganas de uno de tus besos, me lo dice mi inconsciente.... Tengo ganas de probar lo que jamás probé y mi boca se hace un mar cada vez que veo tus labios y no puedo besarlos. A veces el destino me hace malas jugadas, y me pone cerca tuyo... tan cerca, que casi siento el roce de tu boca... pero al final, te vas... y no vuelves.

Quiero probar la dulce miel de tus labios, la pasión y la experiencia que hay detrás de ellos. El humo del cigarrillo y el calor nublan mis sentidos, y entonces, en medio de todo eso apareces tú y lo llenas todo... apareces tú y siento que deben agarrarme porque estoy a punto de lanzarme al vacío por uno sólo de tus besos.

Deliciosa la manera en la que pronuncian mi nombre, en la que me hablan con cariño. Deliciosa la manera en la que sonríes y luego tomas mis brazos y rodeas tu cuerpo con ellos. Déjame besarte... una sola vez.

Mi cuerpo no puede más con las ganas de saborear tu boca. El problema es que sé que si la pruebo, terminaré haciéndome adicta a ella.... Pero aún así sé, que en este mismo momento a esta mismísima hora, podría dejarlo todo, lanzarlo todo al viento, y con un movimiento suave, pero seguro, abalanzarme hacia tu boca y desfallecer de deseo en tus labios.

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Imagen de aquí

jueves, 7 de octubre de 2010

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Pensaba que me conocías, pensaba que cuando me mirabas a los ojos sabías lo que pensaba, sabías lo que quería. Pero no...

Pensaba que ahí, dentro tuyo se escondía un amor sin fin, que quería volar alto y esparcirse. Pero no...

Creía que todo aquel pasado oscuro que nos llevó al dolor, a la ira y a la decepción, había quedado atrás. Pero no...

Pensaba que sabías el error que cometías cada vez que entregabas de más, y pensabas menos. Pero no...

No somos tan distintas, pero pensaba que realmente éramos más semejantes. Pensaba que construíamos un futuro juntas, que realmente anhelábamos lo mismo y que nuestra mente y nuestro corazón se perdía en los sueños del mañana, en los castillos que juntas construíamos esperando que todo lo que soñábamos se hiciera realidad. Pero la verdad no...

El problema entonces es que no podemos vivir en el mismo lugar, no hay espacio para tantas diferencias en un mismo cuerpo. Somos dos almas, dos corazones y dos mentes que quieren seguir distintos caminos, pero entonces... ¿Quién se queda con este cuerpo? ¿Cuál de nosotras gana? Ambas tenemos puntos válidos para continuar, ambas lo merecemos... pero ¿entonces?

Una quiere seguir con el presente, la otra prefiere quedarse, renunciar a todo, y comenzar de nuevo. Ambas cosas son buenas, ambas llamativas, pero una involucra dolor y despedidas... Quizá es simplemente eso lo que me pone a dudar.

Mientras decido qué hago con las dos mujeres que habitan mi cuerpo, lo mejor es cerrar los ojos, respirar... y tomar un trago más.

Un sólo cuerpo nunca es símbolo de una sola esencia, en mi cuerpo habitan dos, apuesto que en muchos de ustedes también, y está bien, se puede vivir con ambas, el problema es cuando ninguna de las dos se quieren poner de acuerdo.

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Imagen original de aquí